Víctor Mendieta/ Vulgar Topic.
“Qué chingón ser mexicano”. La leyenda en la playera que portaba el “Trapos”, vocalista de Tulkas, no sólo es una referencia a la solidaridad que mostramos a nuestros connacionales en desgracia, también es una sentencia que debería apelar a los headbangers de nuestro país y enorgullecernos del metal que se factura actualmente en la escena.Los Tulkas de Querétaro, son un botón, de muchos, que podrían confirmar esa idea y el pasado viernes en el Anexo Independencia lo hicieron valer con técnica de interpretación, presencia de escenario y un sonido que está a la altura de cualquier banda gabacha o europea de thrash de la nueva escuela. Así, los jovenazos melenudos, luego de varios intentos en el pasado, pudieron debutar en Guadalajara y se plantaron en la tarima con lo mejor de su arsenal.
Ante unas cien personas que acudieron a su llamado, el quinteto pisó el pedal como todos esperaban y sin tregua soltaron la metralla pesada de Freedom Thoughts su primer LP. Ataviados con indumentaria Vans, uno de sus recientes deals de endorsement, la banda alebrestó al respetable que como pudo, levantó uno minimoshpit por momentos y provocó que las heladas en vasos dobles, circularan a mayor velocidad.
Al ser el cierre de la gira “Hecho en México” y su primera presentación en la ciudad, los thrashers quisieron hacer más especial la noche y por ello estrenaron tres rolas (entre ellas “Legion of Bastards”) del que será su nuevo disco. Luego de cumplir con este compromiso, y según adelantaba “Trapos” en entrevista previa, la agrupación se recluirá en el estudio para finalizar la obra y presentarla en mayo en el festival Hell and Heaven.
Antes del vendaval queretano del que también fue parte Lethal Creation, los locales dieron una dotación de riffs poderosos que pusieron a tono la primera parte del show. Haggen y B-Chaos lucieron sólidos durante sus respectivos sets y los aplausos cayeron a granel.
El cerrojazo a este viernes de cuaresma lo pusieron los Lethal, quienes con su metalcore de alto octanaje hicieron menear cabelleras por cerca de una hora. Su set tuvo un impasse que muchos celebraron y por el que otros tantos sólo atinaron a levantas las cejas en señal de confusión: un cover para “Gimme The Power” de Molotov, cuyo popular coro quedaría al pelo para la ocasión: “¡Viva México cabrones!”