Edgar Corona / Vulgar topic
Fotografía: Godless Processsion
Estamos dentro de Bombilla 630, uno de los foros que en poco tiempo ha logrado hacerse de parroquianos, gracias a la organización de conciertos de rock, pero especialmente por el sótano de reminiscencias post punk y new wave llamado Luz Negra, una cápsula al más puro estilo underground, donde los pasos de baile y las miradas a media luz se funden.
Godless Processsion presenta Laments, una grabación que busca nuevas posibilidades para este quinteto, que además mantiene su obsesión por las temáticas oscuras. La velada es una reunión dedicada especialmente al gothic rock en la que no puede faltar ese aire de nostalgia que extrañamente coquetea con el presente.
Mientras esperamos a Godless Procession, la delicadeza de la electrónica flota como algo prodigioso cuando escuchamos “Louise”, de Clan of Xymox. Así, cobijados por la voz de Ronny Moorings, este flashback nos lleva hacia los mejores días de La Zona.
La noche de carácter insólito se acentúa cuando la presencia de “la mujer vampiro” se proyecta en el telón de fondo del escenario, una larga cortina de color rojo que inevitablemente nos hace pensar en The Bang Bang Bar, la taberna perteneciente a la serie Twin Peaks, el lugar fantástico en donde David Lynch ha logrado desquiciarnos.
Poco a poco las luces se vuelven más tenues. La música de fondo calla, y el bullicio comienza a desaparecer por un momento. Ahora la atención de los curiosos -quienes llenan la parte principal del foro- se centra en el escenario. Rodolfo Cueva, bajista de Godless Procession, levanta la mano para darnos la bienvenida y para también señalarnos que la banda está lista. Víctor Guerrero marca el ritmo para que la sesión inicie formalmente.
La imagen sui generis de una virgen es el primer cuadro que Víctor Hugo Barón nos presenta. La voz honda del andrógino cantante se desliza de manera potente entre una secuencia de guitarra a cargo de César Escalante, arreglos que nos conducen hacia pasajes etéreos, mientras que la base rítmica y los teclados marcan una aproximación hacia la dureza del gothic metal.
A manera de cabaret, debido a que cada canción es un cuadro dramático en el que la figura de Barón personifica el contenido de las canciones, Godless Procession se esfuerza por no perder la vitalidad en el escenario, algo que resulta en instantes difícil de mantener, básicamente porque los temas poseen cierta analogía entre sí en su composición, pese a la incorporación del violín.
Las temáticas del abandono, la traición, la melancolía y lo profano, son reforzadas por la interpretación del cantante. Así, Godless Procession expone en Laments historias que tienen una aproximación al malditismo.
Aunque la idea de la confección de géneros como el gothic rock tiene el riesgo de centrarse en un cliché, la noche tiene su punto más álgido con la llegada de “Hace falta”, tema perteneciente a su disco debut que recurre a las raíces de este estilo, y que ha logrado situarse como referente en su trabajo. Quizá esta sea la señal en la que el grupo tiene que poner más atención para partir del concepto de que menos es más.
La presentación de Laments termina, para dar paso al trío de Ariel Maniki and The Black Halos, grupo de Costa Rica. Entre varios de los asistentes esta la sensación de que algo queda pendiente, más allá de las siempre odiosas complicaciones técnicas. Seguramente Godless Procession desea sacarse la espina. Ya lo veremos.