Víctor Mendieta/ Vulgar Topic
Que apuntalen las paredes de La Bombilla 630. Este bisoño local de conciertos será puesto a prueba por el salvajismo nato de Harm’s Way, agrupación estadunidense de hardcore metalizado que vendrá por primera vez a soltar mamporros a Guadalajara.
La banda hará esta incursión a México con la premisa de promocionar su más reciente álbum, Posthuman, material bendecido por su nueva casa discográfica: el respetado sello gabacho Metal Blade.
Liderados por el cantante y levantapesas, James Pligge, los Harm’s han comenzado a levantar ámpula en estratos elevados, en parte gracias a su fichaje con la veterana disquera californiana y a la buena acogida que ha tenido su cuarto LP en más de diez años de carrera.
En este disco, su sonido se ha revitalizado con la inclusión de más elementos de metal y recursos de la música industrial, según cuentan los propios músicos. De tal suerte, que se convierte en un platillo digno de paladear con la mata suelta y los dientes apretados.
“Para un fan de Harms’ Way, yo describiría Posthuman como una mezcla de Isolation (2011) y Rust (2015), pero sónicamente mucho más enfermo. A cualquier otra persona simplemente le diría que es pura pesadez y agresividad”, dice Bo Lueders, guitarrista.
Los orígenes de esta pandilla que completan Chris Mills (batería), Casey Soyk (bajo) y Nick Gauthier (guitarra), se remontan a 2006 en Chicago. Han editado cuatro álbumes y la misma cantidad de EP’s. Antes de Posthuman publicaron Rust con Deathwish, discográfica de Jacob Bannon, vocalista de Converge.
Para ésta velada en la ciudad, los Harm’s Way alternarán con una quintilla nacional de temer: A Call For Revenge, de la CDMX; La Santa Cruz, de Querétaro y los locales Omega, Ruinas y Dimensiones.